No se me acaba de pasar desapercibido el hecho de que un colectivo está organizando un acto de entrega de preservativos durante la próxima misa del Papa, en su visita a Portugal entre el 11 y el 13 de mayo. Por qué no van a dar preservativos a un país donde la natalidad sea excesiva para su desarrollo, en vez de regalarlos donde sobran?
En la página que tal agrupación ha activado en el Facebook, estos chavalitos afirman que no lo hacen para provocar, sino para concienciar sobre el Sida. Si es por eso, por qué no realizan la entrega hoy entonces? O ayer? Por qué esperar a la misa del Papa para interrumpirla, incomodarla y profanarla? Por qué no tienen respeto por sus vecinos?
La visita del Papa es un acto pacífico, en el que por fin, después de mucho tiempo, la colectividad cristiana tiene la oportunidad de congregarse para celebrar un sacramento que no es ofensivo para nadie (sino todo lo contrario). Es absurdo decir que tal acto no es una provocación. Además de eso, es una perversidad. A priori, uno sabe lo que puede ser una fuente de conflicto y un punto de inflexión en la tranquilidad relativa de una sociedad. Este hecho demuestra la rabia que tienen algunos jóvenes, fruto de un vacío existencial que necesitan llenar ofendiendo al prójimo, por una causa que no se sabe bien cuál es. Porque el consumo, sólo llena el vacío momentáneo.
Será que el Sida ocurre por causa de la Cristianidad? Será que lo que falta en las misas son preservativos? Es realmente absurdo, además de un insulto a la inteligencia.
La sociedad demuestra con estas actitudes el estado de crisis moral en la que se encuentra. En un lugar normal, no sería necesario encontrar una justificación racional contra la provocación gratuita y maleducada. Aquí es necesario.
Intentar eliminar cualquier postulado, sea basado en la religión o en cualquier otro principio filosófico, de manera a evitar prejuicios, es la bandera del racionalismo animal que estamos viendo. El objetivo es encontrar una verdad superior, racional y científica. Sin embargo, el vacío moral al que la falta de principios lleva, deja al ser humano perdido, en un relativismo total, en el que, como decía Leo Strauss, el hombre no sabe diferenciar el bien del mal. Por eso Locke, que se oponía a cualquier presencia religiosa en las administraciones, temía al ateo. Sus promesas serían facilmente incumplidas, pues su vacío moral y espiritual nublaba la diferencia entre lo correcto y lo errado.
Convocar un acto de entrega de preservativos en una misa de Su Santidad, es otra muestra de la conducta hacia ninguna parte en nuestra sociedad occidental.
En la página que tal agrupación ha activado en el Facebook, estos chavalitos afirman que no lo hacen para provocar, sino para concienciar sobre el Sida. Si es por eso, por qué no realizan la entrega hoy entonces? O ayer? Por qué esperar a la misa del Papa para interrumpirla, incomodarla y profanarla? Por qué no tienen respeto por sus vecinos?
La visita del Papa es un acto pacífico, en el que por fin, después de mucho tiempo, la colectividad cristiana tiene la oportunidad de congregarse para celebrar un sacramento que no es ofensivo para nadie (sino todo lo contrario). Es absurdo decir que tal acto no es una provocación. Además de eso, es una perversidad. A priori, uno sabe lo que puede ser una fuente de conflicto y un punto de inflexión en la tranquilidad relativa de una sociedad. Este hecho demuestra la rabia que tienen algunos jóvenes, fruto de un vacío existencial que necesitan llenar ofendiendo al prójimo, por una causa que no se sabe bien cuál es. Porque el consumo, sólo llena el vacío momentáneo.
Será que el Sida ocurre por causa de la Cristianidad? Será que lo que falta en las misas son preservativos? Es realmente absurdo, además de un insulto a la inteligencia.
La sociedad demuestra con estas actitudes el estado de crisis moral en la que se encuentra. En un lugar normal, no sería necesario encontrar una justificación racional contra la provocación gratuita y maleducada. Aquí es necesario.
Intentar eliminar cualquier postulado, sea basado en la religión o en cualquier otro principio filosófico, de manera a evitar prejuicios, es la bandera del racionalismo animal que estamos viendo. El objetivo es encontrar una verdad superior, racional y científica. Sin embargo, el vacío moral al que la falta de principios lleva, deja al ser humano perdido, en un relativismo total, en el que, como decía Leo Strauss, el hombre no sabe diferenciar el bien del mal. Por eso Locke, que se oponía a cualquier presencia religiosa en las administraciones, temía al ateo. Sus promesas serían facilmente incumplidas, pues su vacío moral y espiritual nublaba la diferencia entre lo correcto y lo errado.
Convocar un acto de entrega de preservativos en una misa de Su Santidad, es otra muestra de la conducta hacia ninguna parte en nuestra sociedad occidental.
No comments:
Post a Comment