
En esa misma jornada, aconteció otra situación dramática. El ABC la describe así:
La tensión había ido alcanzando ya dimensiones desconocidas en la ONU aquel día con la intervención amenazadora de Kruschev a raíz de su petición de desarme a todos los miembros de la Asamblea, que fue derrotada por 54 votos en contra, 14 a favor y 31 abstenciones«Los últimos girones de nuestra paciencia –dijo– se están acabando. No nos asusta la guerra. Si se nos impone, combatiremos y venceremos. Las bajas serán innumerables y aterradoras. Somos comunistas y tenemos fuertes los nervios, Queréis aterrorizarnos con palabras, pero no lo conseguiréis. No tenéis agallas para ello. Si queréis una carrera de armamentos, la ganaremos. Rusia produce hoy más proyectiles que las salchichas que podéis vosotros producir con vuestras máquinas».
Luego, el soviético tuvo un enfrentamiento con los representantes españoles:
El jefe de Gobierno soviético regresaba a su escaño tras pronunciar su discurso sobre el desarme y al pasar junto a la delegación española, observando que esta, a diferencia de otras, no le aplaudía –los españoles permanecieron «indiferentes e impasibles»–, se burló. Después, «descompuesto y con ademanes violentos» según contaba ABC, Kruschev preguntó a los españoles por qué no aplaudían. Y estos replicaron: «No aplaudimos porque no nos da la gana».
Dos años más tarde, otro evento en el mismo mes de octubre pasaría a la historia como uno de los momentos en los que la humanidad estuvo más cerca de una guerra nuclear: la crisis de los misiles en Cuba (en Rusia, la Crisis del Caribe, y en Cuba, la Crisis de Octubre). Parece que octubre era un mes especial para los soviéticos.
Dos años más tarde, otro evento en el mismo mes de octubre pasaría a la historia como uno de los momentos en los que la humanidad estuvo más cerca de una guerra nuclear: la crisis de los misiles en Cuba (en Rusia, la Crisis del Caribe, y en Cuba, la Crisis de Octubre). Parece que octubre era un mes especial para los soviéticos.
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